Da: DeSignis, n. 2, Gedisa, Buenos Aires, 2002.
Titolo originale: (con Aurelia Marcarino), “Il discorso politico”, Carte Semiotiche, n. 1, Casa Usher, Firenze, 1985.
Traduzione di Lucrecia Escudero Chauvel.
1. Describir el discurso politico: criterios de pertinencia semio-linguisticos
Si hipotizamos una definicion de discurso politico (dp) segun criterios de pertinencia semio-linguistica, es necesario examinar el problema de la “construccion” del objeto (discurso -objeto); es decir, explicitar los criterios de reconocimiento y de delimitacion del dp en el cuadro mas general de una tipologia de discursos “naturales”. Una vez delimitado con criterios externos, es decir, historicos o sociologicos, el estudio del dp puede ser afrontado con metodos muy diferentes: desde la perspectiva lexical que se limita a los aspectos sincronicos o diacronicos del vocabulario, a la sintactica, que evalua las especificidades gramaticales frase por frase, sin cuestionar la indispensable coerencia discursiva; a la retorica que, aun ofreciendo un esquema discursivo general y coerente (inventio, dispositio, elocutio), esta muy lejos de suministrar instrumentos rigurosos para el conocimiento de la argumentacion y de los tropos.
Por otra parte el problema que queremos afrontar aqui es mas complejo y necesita una evaluacion de fondo. El discurso politico no es un discurso “representativo”. No se lo puede describir como un conjunto de enunciados en relacion cognitiva con lo real, sino que puede ser caracterizado como un discurso de campo, destinado a llamar y a responder, a disuadir y a convencer; un discurso de hombres para transformar hombres y relaciones entre los hombres, no solo un medio para re-producir lo real. El analisis lexical, sintactico y retorico nos parecen entonces, profundamente inadecuados.
Un analisis semiotico del dp debera tener en cuenta su coerencia semantica y su fuerza perlocutiva. Una hipotesis general de su estructura se acompana con la descripcion de estrategias discursivas y de las configuraciones enunciativas, polemicas o contractuales, que representan los principios del funcionamiento de una verdadera gramatica del poder. Un analisis “rico” del dp debe replicar la uniformidad sin renunciar a la multiplicacion de la diversidad. El concepto de “poder” esta concebido aqui como una de las modalidades suceptibles de definir la existencia semiotica de los actantes discursivos y de su doble competencia: ser y hacer. En este sentido los actores politicos inscriptos en el discurso estan dodatos de un repertorio virtual de acciones y de pasiones y de un “saber hacer” que les consiente, una vez actualizado, alcanzar sus objetivos anticipando en el texto los resultados previstos.
Entre los criterios de reconocimiento o de construccion inicial del objeto y los principios de pertinencia que permiten analizar al dp y de definirlo en funcion de una tipologia, ocupan un lugar de relieve la enunciacion y sus tacticas, la construccion y la homologacion de las isotopias discursivas y el juego de las modalidades con el cual el dp construye su propio poder. Tendremos necesidad, por una parte de una teoria que estreche el campo a un cierto numero de principios fundamentales y por la otra, la de expandir una definicion del texto que de cuenta de las posibles categorizaciones del discurso y de su metalenguaje descriptivo. Probablemente existen en el dp formas discursivas diferenciadas que tienen fuerza y eficacia diferentes segun las reglas y las transformaciones pasionales que las determinan.
Que el dp sea un discurso de guerra, cuya potencia se define por los adversarios en campo, esto nos indica que los movimientos, los exitos o los contratos son eventos cumplidos por y en el lenguaje. Si tuvieramos una taxonomia de otros tipos de discurso (cientifico, didactico, publicitario, religioso, etc) mostrariamos que el dp se puede definir por via estructural por posisiciones y por diferencias y podriamos entonces evaluar los efectos importantes que producen las diferencias de fuerza. Pero esta taxonomia no existe y es uno de los objetivos que tiene la investigacion semiotica hoy. Por fuerza deberemos restringir la definicion a la dimension textual y no contextual; si hay intertextualidad en el dp la descubriremos en su interior.
La tentativa de descripcion semio-linguistica del dp podria indicar el modo especifico con el cual este manipula prevalentemente ciertas categorias mas que otras: la manera de imposicion y de ocultamiento de la verdad, etc. Para hacerla es util un esquema general del discurso como aparece en la teoria semiotica greimasiana. En esta perspectiva la superficie manifestada de los textos linguisticos que estudiaremos a continuacion es solo un criterio eventual de falsificacion de hipotesis mas que una confirmacion de nuestras construcciones. Por otra parte un modelo abordable nos evitara la dependencia empirica de la superficie manifestada (y su feticismo). El discurso manifiesto se sabe “no es otra cosa que la presencia represiva de lo que ese no dice” (Foucault,1970). Hacen falta dos hipotesis semioticas para individualizar el metalenguaje que permita al mismo tiempo describir el contenido del discurso y de controlar, con alguna esperanza heuristica, la superficie textual.
2. Para una gramatica del discurso politico
2.1. Para tener un modelo de la competencia politica del hablante, un analisis textual deberia explicitar los criterios de reconocimiento y de construccion de la gramatica del dp o sea, deberia tratar de recoger y de aislar los aspectos del discurso descriptos y relacionarlos para describir la estructura y el funcionamiento de su sistema linguistico. El problema del estatuto estructural de la significacion politica (o del dp) aparece cuando entra en juego el proyecto de su descripcion. El proyecto de una gramatica del dp sera posible mediante la individualizacion de los “universales del lenguaje”, constituidos en modelo semiotico, que representan la instancia originaria para toda manipulacion de significado. La estructura semantica se configura entonces como una combinatoria de categorias, de marcas de los actos en los enunciados, de entidades operativas postuladas para la descripcion semantica y justificadas porque permiten dar cuenta del uso efectivo del lenguaje. La estructura semantica de un enunciado deberia explicar los actos de enunciacion de los cuales es el objeto.
En la caracterizacion semantica de un enunciado Ducrot (1978) introduce un determinado tipo de utilizacion enunciativa, no argumentativa sino relativa a los actos ilocutorios. El problema es de justificar la introduccion de marcas de actos de habla atribuidas al enunciado, dado que constituyen la “funcion”, que distingue a su vez los multiples roles que el enunciado puede efectivamente desarrollar en ocurrencias explicitas.
Uno de los principios constitutivos de la coerencia textual consiste en revelar el conjunto de las presuposiciones de una enunciacion (como tipo particular de acto ilocutorio que pone ciertas reglas para la prosecucion del discurso), y el conjunto de las conclusiones que se pueden inferir, es decir que la condicion de coerencia no significa ausencia de contradiccion sino la integracion en el texto de multiples enunciaciones.
2.2. Una gramatica del dp tiene como objeto entonces no los enunciados, sino los tipos de relaciones entre enunciados, entre formaciones discursivas que tienen una fuerza y una eficacia diferente. El objeto de estudio esta sugerido por la necesidad de comprender las razones del juego por las cuales la decision del enfrentamiento o de la confrontacion, la combinacion de acciones de ataque y de defensa y la finalidad politica, se organizan segun los principios de una gramatica entendida como connotacion semiotica de los contenidos y de los destinatarios de la informacion. Se instaura asi una correspondencia entre “logica” politica y gramatica estrategica; sera tarea de la organizacion textual dar cuenta del sentido estrategico que atraviesa el contenido en funcion de quien escucha.
Se vuelve entonces importante el estudio de determinadas movidas, actos, tacticas, estrategias, cuyo valor no esta en la descripcion sino en la realizacion; los actos de autoridad, los compromisos personales, los pactos que se realizan mientras se cumplen determinados actos (enunciacion performativa).
3. Descripcion de estategias enunciativas y de formaciones discursivas
3.1. La descripcion de estrategias enunciativas sirve para puntualizar la organizacion y la transmision de los contenidos de la comunicacion politica y para definir una direccion discursiva. En particular el analisis de las modalidas de aparicion del sujeto de la enunciacion ilustra los mecanismos de implicitacion y de explicitacion del sujeto (débrayage pronominal) que son utilizados por el hablante. El hecho de haber elegido operaciones de débrayage pronominal significa haber cancelado la presencia del sujeto hablante. Este procedimiento, utilizado por el enunciador como componente de su estrategia, permite dar cuenta de las unidades discursivas de superficie. El débrayage actancial consistira entonces en la disyuncion del sujeto de la enunciacion y en la proyeccion sobre el enunciado de un “no-yo”. Como en el ejemplo: “La autoridad es necesaria para salvaguardar la libertad del Estado” (Pétain, 23/6; 11/7 y 11/10/1940); o “El trabajo de los franceses es la riqueza suprema de la Patria. Debe ser sagrado” (Pétain, 11/7/1940); y “El movimiento obrero italiano ha dado una grande contribucion en conquistas relevantes como las leyes de divorcio, del aborto o de la paridad” (Berlinguer, XV Congreso del PCI, 31/3/1979).
Nada impide reintroducir la prescencia del sujeto con una operacion de embrayage sobre los actantes enunciativos y tratar de identificarse con el sujeto de la enunciacion. Podria ser una estrategia de valorizacion del dp, afirmar que la verdad nace del hecho que el sujeto la garantiza con su prescencia en el enunciado: “Desde el 13 de junio el pedido de armisticio era inevitable. Esta derrota nos ha sorprendido. Porque acordarse de 1914 o de 1918? empiecen a buscar las razones. Y yo se las diré” (Pétain, 20/6/1940). El acto de garantia se pone como eleccion importante y como medio para valorizar al dp: “Yo pienso que, si la estadistica de la DC es exacta, el proletariado hoy no sabe porque se lo llama a las urnas tres anos despues” (Autonomia Obrera, “Il Quotidiano dei lavoratori, 1/5/1979). O bien: “Y entonces aseguro que, cuando digo estas cosas, no trato de desafiar a ninguno de los amigos” (Aldo Moro, Discurso a los grupos parlamentarios, 28/2/1978).
Seria interesante estudiar los modos de aparicion del sujeto en el texto correlacionandolo con el contenido manifiesto para examinar las tecnicas de optimizacion del contrato enunciativo. Es la posibilidad de presentar la instancia enunciativa “yo”, de cancelarla pero tambien de presentarla en tercera persona como en el caso: ” El PC ha dicho claramente porque pide votos: para poder dar vida a un gobierno de efectiva solidaridad” (“Rinascita” 27/4/79). Se trata de ver cuando es que el sujeto se siente en deber de decir “yo”, presentandose como un sujeto que garantiza el enunciado y cuando en cambio considera que puede prescindir sirviendose de la delegacion.
Existen diferentes tipos de delegacion reciprocas entre enunciador y enunciatario, reflexivas o transitivas como en el ejemplo: “Se me permita decir que, con evidente exceso, se ha proyectado, bajo el perfil de la moralidad, el caso Italia casi como unico…” (Aldo Moro, Discursoa las Camaras, 9/3/77), que es un caso de delegacion transitiva, como tambien: “Se me permita hacer referencia directa a…” (“Rinascita”, 27/4/79). Para el caso de una delegacion reflexiva en los ejemplos: ” En este punto considero necesario…” y “Quisiera hacer observar, sobre todo, que la creciente complejidad de la estructura social italiana vuelve dificil definir…” (Berlinguer, XV Congreso del PCI, 31/3/79).
3.2. Generalmente aparece subyacente al dp una estructura modal de tipo veridictivo, y en este sentido el discurso se presenta como verdadero y como tal debe ser aceptado. En esta perspectiva el dp asume la forma de un contrato fiduciario entre enunciador y destinatario que implica dos operaciones: un hacer persuasivo por parte del enunciante y un hacer interpretativo por parte del destinatario. Estos dos discursos cognitivos que manipulan un “saber hacer” representan los rasgos preliminares de un intercambio que tiene como objetivo el establecimiento de un contrato. Si la verdad (Greimas, 1970) no es un efecto de significado, su produccion consiste en un hacer-parecer-verdadero, y la adhesion del destinatario esta condicionada no a los valores axiologicos postulados sino al tipo de representacion del hacer persuasivo del enunciante.
El problema de la veridiccion implica no solamente al sujeto empenado en “decir la verdad” sino que programa la lectura del destinatario al cual este saber esta dirigido. Las modalidades de veridiccion no escapan a la verdad, falsedad, secreto o mentira que circulan en el interior del dp y organizan la trasmision de un saber. A su vez el saber del sujeto de la enunciacion se encuentra modalizado en verdadero/falso, secreto/mentira, en relacion a una asercion de existencia; la verdad aparece como una modelizacion de la asercion que puede consolidarse con la creencia del sujeto enunciativo.
3.3. Se debe tambien tener presente en las estrategias de comunicacion del discurso, el “corte de la informacion”, es decir, el conjunto de las operaciones (condensaciones, expansiones) cumplidas para acumular un cierto tipo de saber dentro del discurso mismo. Todo texto re-envia generalmente a un saber reconocido sobre el mundo que se inscribe en el interior del propio discurso (anafora semantica). Pero lo que es aun mas interesante no es solo dar informaciones sino su modalizacion segun el saber (“sabemos bien que…”). Se presupone que entre el enunciador y el destinatario se instaura una especie de contrato cognitivo sobre los discursos-objetos que se estan trasmitiendo, para imponer un saber compartido, aunque si en realidad sabemos que no lo es.
Esto significa que un aparente re-envio a un saber definido es en realidad una imposicioin de fuerza en el interior del discurso que genera un sistema de espectativas (anafora cognitiva). Como en el ejemplo “Sabemos bien que esta obra de salvaguardia del orden y de la seguridad democratica es dificil y compleja” (“Rinascita”, 27/4/77). O tambien en: “Sabemos que el sistema de prestamos se revelo impracticable, como solo un pesimista hubiera podido preveerlo” (Aldo Moro, Discurso a las Camaras, 9/3/1977) y en: “Se dice y se lo recalca – aun en el exterior – que Italia manifiesta capacidades a menudo imprevistas de recuperacion. Es verdad. Se lo ha constatado…” (Berlinguer, XV Congreso del PCI, 31/3/1979).
3.4. El estudio de la enunciacion se refiere a los rasgos linguisticos presentes en el texto que caracterizan la presencia del enunciador y del enunciatario. El dp construye en el interior del texto no solamente la imagen del que habla sino que programa tambien la presencia de una instancia receptora, utilizando tecnicas que activan un contrato de trasmision. En este sentido el dp no se limita solamente a comunicar una informacion sino a programar la figura del oyente correcto, imagen a la que se puede o no adherir. El discurso se vuelve entonces un proceso en el cual permanentemente se estan dando instrucciones para escuchar “bien”; y asi el dp valoriza uno de sus contenidos a traves de la estrategia enunciativa: “no han entendido”. En otros terminos, existen ya a nivel enunciacional, estrategias complejas, linguisticamente marcadas, que consienten de ver como el dp define la posicion del sujeto enunciador, define reciprocamente el yo/tu y los manipula.
Esta problematica se situa en un analisis mas complejo de las figuras de autoridad y de la manipulacion, en cuanto un hacer-hacer, correspondiente a una estructura modal de tipo factitivo, y a una estructura contractual en la cual el enunciador empuja al destinatario hacia una determinada posicion (no poder no hacer) al punto que se sienta obligado a aceptar el contrato propuesto. Como por ejemplo cuando “Nosotros podemos decir, entonces, que es inutil y politicamente inoportuno hacer, por cierto teniendo presente lo que ha venido sucediendo hasta ahora…” y ” debemos entonces juzgar, formular aquel primer juicio que se expresa en un acto de acusacion…” porque “podemos y debemos estimar los pro y los contra de este debate…” (Aldo Moro, Discurso a las Camaras, 9/3/1977). Si el destinatario conjuga “no poder no hacer” con un “deber hacer” tendremos la provocacion; si en cambio conjuga un “no poder no hacer” con un “querer hacer” se tratara de la seduccion.
3.5. Los contratos de tipo enunciacional consienten la reparticion discursiva, en este sentido las configuraciones enunciativas permiten examinar cuando el hablante decide de terminar el discurso y pasar a otro tema, en que modo la enunciacion reparte la programacion discursiva: “En este punto me permito recordarles que…”, “En este punto era de veras una pretencion absurda que el PCI volviera a ser parte de la mayoria…” (Berlinguer, XV Congreso del PCI, 31/3/1979); “Es aqui que el discurso vuelve a la politica y a la accion…” (“Rinascita”, 27/4/1979); “Esta es una cosa importante, y debemos repetirla en este momento, porque es importante para ahora y es importante para despues, porque es un deber reciproco… hacer comprender…” (Aldo Moro, Discurso a los grupos parlamentarios, 28/2/1978).
Se trata de estrategias que consienten no solo la formacion de contratos simulados, sirviendose de una pedagogia o de un carisma, sino de repartir el discurso mismo en su hacer. El discurso entonces reparte unidades cognitivas sobre las que opera una modelizacion que tiene la fuerza de establecer un contrato cognitivo sobre el discurso mismo, y por esto el dp no es solo el lugar de la transmision de la informacion sino tambien el de su transformacion.
4. Construccion de la competencia politica
4.1. El analisis de las estrategias enunciativas deja abierta la posibilidad de explorar hipotesis interesantes sobre tacticas actanciales y modales que intervienen en el interior del discurso. Seria interesante ver como se puede programar el juego enunciacional de la delegacion. Existen tipos de discurso en los cuales se apela continuamente a una delegacion, por ejemplo, a la opinion publica; por otra parte pueden haber caracterizaciones de delegaciones reciprocas entre enunciador y enunciatario que permiten definir configuraciones (Landowski, 1980). Una de las tendencias del dp es la de volver implicitas las oposiciones axiologicas del enunciador proyectandolas en esquemas narrativos en los que el sujeto delega a los actantes la asuncion de valores axiologicos mientras no se niega a mostrar su toma de posicion epistemica (certeza, duda,etc).
4.2. Existen modalidades llamadas epistemicas que no solo sirven para afirmar la verdad o la falsedad de una proposicion, y modalidades llamadas axiologicas que se proponen como paradigmas de valores, los cuales operan transformaciones de isotopia modal en el interior del discurso mismo. Veamos algunos ejemplos de modalidades epistemicas: “Es tal vez en el plano de la politica que la construccion europea tiene mas importancia…”(Pompidou, 11/4/1972); “Es evidente que el primer responsable es el gobierno…” (Berlinguer, XV Congreso del PCI, 31/3/1979); “Tal vez no se ha discutido suficientemente sobre como una tal ‘expansioin’ ha producido objetivos, modos de hacer politica respecto a lo que se habia caracterizado como…” (“Rinascita”, 4/5/1979).
La estructura axiologica del enunciado permite valorizar algunas instancias del discurso respecto de otras, como en el ejemplo: ” Sobre la autoridad debe fundarse la verdadera libertad” (Pétain, Mensaje del 8/7/1941); “El PCI ha asumido lealmente los compromisos derevidados de la mayoria… pero con igual firmeza ha declarado no tener mas confianza en el gobierno…” (“Rinascita”, 27/4/1919).
El discurso no es entonces solo el lugar de modalizaciones fijas sino un proceso de transformaciones modales que establece y activa las tecnicas de circulacion de las obligaciones y de los deberes en los discursos del poder.
Una de las modalidades que definen la competencia politica esta dada por las modalidades de tipo factitivo (hacer creer, hacer saber, hacer querer, poder hacer). Se trata de una fuerza en el interior del discurso que ademas de activar y optimizar el contrato enunciativo, modeliza los elementos que estan presentes. De este modo el discurso se constituye no solo de un conjunto de proporciones sino tambien de un conjunto de acciones de fuerza que llevan indicadores, algunas veces verificables en el interior del texto como en el ejemplo: ” Los partidos, democristianos, socialistas y social – democratas europeos tratan de llenan con programas genericos comunes las profundas diferencias que existen entre ellos sobre el poder… nosotros, los comunistas italianos debemos seguir…” (Berlinguer, XV Congreso del PCI, 31/3/1979); o bien: ” Conservamos nuestra fisonomia y nuestra union, los que creen que hacen bien desuniendo, dividiendo las fuerzas, que sepa que hace… estoy seguro que ninguno de nosotros lo hara, que nosotros estaremos juntos…” (Aldo Moro, Discurso a los grupos paralmentarios de la DC).
Siendo el dp un discurso polemico conflictual es tambien el lugar de ambigüidad de la fuerza illocutoria, es decir, de los propuestos subyacentes a la enunciacioncomo en los casos: ” Es hora de cambiar! Es posible cambiar!” o “El mundo va hacia la izquierda”. Se trata de ver como se construye la competencia politica, es decir, en que modo las estrategias de persuasion politica juegan con actos y movidas tacticas modelizantes. Es posible oponer dos tipos de modalidades: de la enunciacion y del enunciado. Las primeras definen las modalidades en relacion al sujeto hablante y caracterizan la forma de la comunicacion entre enunciador y destinatario (imperativa, declarativa, interrogativa, etc). Las segundas hacen referencia al sujeto del enunciado y caracterizan el modo en que el sujeto situa la proposicion con respecto a la verdad, necesidad, posibilidad o juicios de valor, como en los ejemplos: “si no hacen asi habra una crisis…” o ” Si no hubieramos sabido cambiar nuestra tactica, nuestra accion, cuando era el momento de hacerla, no hubieramos podido sostener durante mas de treinta anos la gestion de la vida politica del pais” (Aldo Moro, Discurso a los grupos parlamentarios, 28/2/1978).
La manipulacion modal sobreviene cuando se afirma la verdad, la falsedad o el caracter secreto o mentiroso de un enunciado. Las mismas categorias pueden ser conjuntas a tacticas de simulacion. Segun el analisis intuitiva que realiza John Austin, el concepto de enunciacion performativa revela un aspecto particular de la fuerza ilocutiva de una enunciacion, en el sentido que explicita la intencion que la preside; en esta perspectiva el analisis performativo, en el interior de tacticas actanciales, en las delegaciones, en los contratos y en los conflictos, puede aportar clarificaciones utiles a la funcion del “hacer enunciativo” del actante. De este modo la funcion de una enunciacion performativa reside, en primer lugar, en la puesta en escena ficcional de un actante que se define a traves de una serie de actos en el discurso.
Otro problema es el que se refiere a la fuerza especifica del dp, y en particular a la instauracion de un contrato de desconfianza transmisiva, que es tipico de los discursos persuasivos. Veamos los ejemplos: “Y bien, frente a esto, nosotros, queridos amigos, que hablamos con nuestros electores, debemos sencillamente recordar, sin polemicas inutiles, que la desicion de aislarse entre la DC y el PCI…” (Aldo Moro, Discurso a los grupos parlamentarios, 28/2/1978); “En este punto me pregunto…” o bien ” Esta atencion podra parecer contradictoria… pero en cambio es…” (Rinascita, 27/4/1979); en ellos se presupone que la persona que escucha y del que somos el organo representativo, sea una persona que debe ser sostenida en el esfuerzo de escucharnos. El dp no se limita solamente a cumplir con una serie de operaciones para tener un canal abierto, sino que construye la competencia para aceptar el discurso, esta la posibilidad de demostrar que el dp tiene temor de cansar al otro. Se puede verificar tambien una presuposicion de credibilidad, por la cual el hablante no hace ningun esfuerzo para llamar la atencion de sus oyentes.
Es posible en el interior de un discurso polemico, imponer a una frase que tiene una cierta fuerza, una nueva fuerza ilocutiva. Y esto permite las falsas interpretaciones del discurso. Con respecto al discurso de la ideologia, no se trata de representaciones incorrectas o deformadas, sino de ser una lucha de imposiciones de fuerzas, de la cual el dp no puede sustraerse.
5. Modalidad del poder y figuras de autoridad
Una componente estrategica del dp es el sistema de articulaciones semanticas que correspondan a la modalidad del poder. Existen dos tipos de poder: el Poder institucional que esta fuera del discurso y el “poder” que se instaura como modalidad dentro del discurso. El problema es entonces el de la puesta en escena textual de la conquista del poder por parte de un sujeto que trata de vencer a su adversario. En esta perspectiva el poder se vuelve un valor que ni se pierde ni se gana de una vez para siempre, sino que es suceptible de soportar una serie de pruebas en el interiror del texto. Como en el discurso pedagogico, tambien en el dp es posible verificar la conjuncion de un sujeto con la modalidad del poder y en este sentido las circulaciones de esta modalidad y sus configuraciones en el interior del texto podrian ser uno de los criterios posibles de la definicion del Poder. Veamos los ejemplos: ” No puedo cumplir mi mandato si ustedes no lo delegan y lo confirman con un voto;(…) los comunistas pueden y deben dar a este movimiento su contribucion activa, como hacedores de una direccion determinada…” (Togliatti en “Rinascita” 3/3/1957); o bien: ” Hago donacion a Francia de mi persona para atenuar la desventura…” (Petain, Apelacion del 17/6/1940); y tambien ” Tengo la confianza, con la ayuda de vuestro consenso, con la guia de la direccion que refleja vuestras propias opiniones…” (Aldo Moro, Discurso a los grupos parlamentarios de la DC, 28/2/1978). El estudio de estas configuraciones y de las figuras de autoridad permiten investigaciones sobre las modalidades de reconocimiento que podrian dar definiciones muy interesantes sobre la legitimidad, la autoridad y el carisma y tambien proporcionar clarificaciones sobre las tecnicas de manipulacion y de sancion.
A menudo en el dp la toma de posicion epistemica del sujeto enunciador sirven para sancionar un tipo de discurso referencial con respecto al enunciatario (a veces positivamente y otras negativamente). Aparece entonces en la isotopia discursiva el componente polemico, que regula el enfrentamiento con los detentores del “saber politico”, cuyas performances cognitivas son directamente objeto de acusaciones. En el dp se utilizan pequenas estrategias que hacen referencia a presuposiciones sobre las competencias de los candidatos y que requieren aprobacion. Tal vez se podria definir el poder de sancion a partir de las estrategias internas y del “hacer” del sujeto enunciador, que trata de valorizar su performance y de subrayar su conformidad con el programa establecido, como en los siguientes ejemplos: “Muchos creen que… pero yo se que …”, o bien “Hemos tomado acto que la mayoria se habia ya disuelto… la verdad es que no obstante…” (Berlinguer, XV Congreso del PCI, 31/8/1979); “Existe el riesgo de una inadmisible politizacioin y el aun mas grave que se considere que nuestro comportamiento haya sido influenciado por razones particulares… yo creo, y sin por esto empenar a mi partido, que debemos…” (Aldo Moro, Discurso a la Camara, 9/3/1977).
El problema embarazante es que no hay ninguna especificidad del dp, si la especificidad es la discusion sobre el poder, porque presisamente esta modalidad es tipica de todo tipo de discurso; nos preguntamos entonces si es posible una sintaxis de circulacion de modalidades concretas del poder en el interior de un discurso politico.
La funcion del confrontarse de poderes no representa solo una indicacion sobre la cantidad de poder que se tiene en relacion con el otro, sino que dice directamente si es posible tener mas poder que los otros. Los protagonistas no se miden uno con el otro sino que operan cada uno sobre una modalidad diferente (un tipo de poder o de saber); independientemente de como se orienta la relacion entre los actantes, se alcanzan generalmente dos categorias: la interdiccion de contrariar las desiciones tomadas por la autoridad que ejerce el poder, y la prescripcion de asumir la responsabilidad del poder, es decir de alcanzar los objetivos preestablecidos. Este doble imperativo es suceptible de regir cualquier relacion entre figuras de autoridad, tambien en otro tipo de discurso.
6. La pasion politica: el acto linguistico y sus patemas
Los actos linguisticos presentan el problema de la posibilidad para el enunciador, de decir algo con una cierta intencion (pero querer decir otra cosa) para provocar efectos en los receptores. En el plano semio-sintactico es necesario construir un aparato que incluya no solo una teoria del acto de habla sino tambien los principios de cooperacion (Grice, 1975); las manipulaciones cognitivas que se realizan entre los actantes, la capacidad para extraer inferencias, la capacidad de producir consecuencias perlocutorias (Austin,1962); y finalmente de provocar una serie de patemas. De este modo el acto de convencer, de persuadir (seduccion, provocacion, intimidacion…) puede alcanzar su objetivo sin tener una consecuencia perlocutoria, generando pasiones, o puede faltar a su objetivo pero provocar igualmente patemas imprevistos. Por ejemplo puede no convencer de la verdad o falsedad de una opinion pero pedir y obtener la confianza en un determinado programa, como en el ejemplo del discurso de Aldo Moro: “Pero yo tengo la confianza, con la ayuda de vuestro consenso, con la guia inteligente de la direccion que refleja vuestras opiniones… de poder imaginar un oportuno acuerdo” (Aldo Moro, 28/2/1978).
Los actos ilocutivos realizados por el enunciador (llamada, orden, promesa, amenaza..) estan caracterizados por la posibilidad de a) conjugar al sujeto enunciador con la adquisicion (positiva o negativa) de modalidades que construyan su competencia; b) de conjugar al sujeto enunciatario con la obligacion de seguir el acto (deber hacer saber; deber hacer créer) y probablemente indican las correlaciones entre el recorrido modal y el recorrido pasional sea del enunciado que de la enunciacion. Es necesario examinar la funcion activa y pasiva de la enunciacion politica para poder determinar aquellas transformaciones de estado del sujeto alcanzado por el “afecto” de la accion de otro sujeto (confianza/ desconfianza; miedo/seguridad; interes/ apatia; distancia/ solidariedad…). Probablemente el segundo sujeto actuara en un cierto modo segun el tipo de configuracion pasional en la que se encuentre.
Se trata de discernir en el texto la programacion discursiva del impacto emotivo, y de localizar los rasgos formales de la “pasion” enunciada en su doble manifestacion: “enunciante” (P1), marcada por la isotopia de superficie del texto; y “enunciada” (P2), producida por los procedimientos discursivos. Y es tal vez en esta direccion que se podria analizar la interfase entre el mecanismos ilocutorio y el perlocutorio. Los roles actanciales inscriptos en el texto representan el lugar de las transformaciones del discurso y del modo como el accionar linguistico se correlaciona con tipos de pasiones que orientan a su vez la interpretacion discursiva. No es suficiente entender el “poder” como una modalidad del “hacer” (poder hacer, deber hacer, saber hacer) sino que hay que definirlo en terminos de modalidad de estado, “ser”, e interrogarse sobre el impacto emotivo cuando se presentan por ejemplo delegaciones de poder, cuando se juzgan las acciones de los otros o cuando se dan garantias para superar las crisis. El ejemplo del discurso de Aldo Moro lo muestra claramente: “Tenemos delante hombres y debemos saber evaluar, con el mismo escrupulo, con la misma distancia, con el mismo rigor que caracterizan al ejercicio de la jurisprudencia” (Aldo Moro, Discurso a las camaras, 9/3/1977).
Cual es la situacion de poder? Se podria llamar la atencion sobre cuales efectos de sentido provocan las atribuciones de una modalidad particular, por ejemplo la pertinencia con la cual al “no poder hacer” corresponde un estado de frustracion, mientras que con el “poder hacer” se corresponde un estado de satisfaccion. Los recorridos pasionales existen y se programan en el texto, si bien nuevas informaciones o interesecciones entre los diferentes recorridos modales pueden eventualmente destruirlos o aportarles distintos niveles de intensidad. El ejemplo siguiente lo demuestra: “Hoy digo que la via del partido comunista es una via, digamos, desesperada. Hoy hay dos desesperaciones en Italia: la de los burocratas comunistas y la de los jovenes con la P38 y las jeringas” (Entrevista a Marco Pannella, junio 1979).
En la taxonomia de los discursos (didactico, cientifico, publicitario) el dp tiene la modalidad, comun con otros discursos persuasivos, de ser un discurso de “agitacion”, es decir, que trata de vencer la indiferencia, la apatia, de programar las pasiones con las cuales quiere ser escuchado. Las instrucciones de un contrato fiduciario revelan categorias que no son exclusivamente sintacticas, porque las condiciones escenciales de este contrato estan fundadas en la “voluntad”. De este modo “conservador”, “radical”, u “oposicion” expresan verdaderas pasiones discursivizadas y no solo categorias cognitivas del ambito politico.
Como el dp esta empenado en la creacion de un actante colectivo y no individual, se generan tambien pasiones colectivas, como la solidariedad, la distancia, el compromiso, la mobilizacion… Todo sistema simbolico tiene sus recorridos pasionales, sus connotaciones y sus resistencias; la resistencia contro la cual lucha el dp no es solo de contenido sino fundamentalmente modal, donde, como hemos ya dicho, el sentido del “deber” y del “poder” se entienden no como una competencia del hacer politico sino como estados de la pasion politica.
Conclusiones
1. El mecanismo de la manipulacion representa la puesta en escena de un proceso productivo del saber entendido como un “hacer cognitivo”, sea como un “hacer saber”, sea como objeto adquirido por el destinatario. El discurso comporta entonces una doble funcion: representa un “hacer” pero tambien un “hacer saber”, es decir, un proceso acumulativo de produccion y de trasmision. Diferentes operaciones modalizantes representan, en el interior del discurso, sistemas de regulacion y de mediacion de modo que la organizacion textual es susceptible de transformar el rol del discurso y de adquirir significaciones diferentes. Puede resultar significativopara un micro analisis de la manipulacion y del discurso cognitivo incluir una descripcion del modelo persuasivo y del modelo interpretativo y circunscribir el objeto de analisis al programa del sujeto modalizado en un “deber hacer saber/ hacer querer”.
2. La estructura contractual del dp muestra la amplitud programatica de la estrategia de los valores de los actantes, empenados en un “poder” y “saber hacer”. El caracter polemico de estos componentes estrategicos podria ser analizado en las relaciones de consenso y conflicto entre los roles, relaciones que permiten individualizar las puestas en escena de los sujetos del poder respecto a los valores postulados: conjunciones, compatibilidades, dependencias, representaciones, asociaciones, disyunciones, ostilidades, rivalidades, disuasiones…
3. Una perspectiva semio-linguistica del dp debe evaluar no solo los diferentes tipos de compromiso del sujeto de la enunciacion, sino tambien el conjunto de reglas a las que esta subordinado. Es posible individualizar una graduacion entre el “deber hacer” (hacer deontico), entendido como contrapartida de un contrato entre los actantes de tipo imperativo, en el cual el “querer hacer” del sujeto se encuentra en conjuncion con un “deber hacer”. Asi se puede recuperar, en el plano interpretativo, expresiones como “ocurre”, “es necesario”, “se debe”, “es verdad que”, en las que la necesidad es una forma del “deber” y el resultado de un mecanismo de débrayage actancial que vuelve impersonal al discurso; y representa tambien el lugar en el que el sujeto de la enunciacion programa su discurso y proyecta las reglas de organizacion bajo la forma de pruebas, obstaculos, instrucciones, sugerencias que incluyen el ambito del “no poder no hacer” hasta el “deber hacer”.
4. El analisis de micro procesos que constituyen la organizacion textual del dp sugiere un estudio sobre las reglas de aplicacion de las reglas, un analisis no solo de las modalidades de organizacion de las practicas discursivas sino sobre la practica social, sobre las condiciones y restricciones en los que se programan los discursos para conservar el Poder. El estudio de las modalidades de “poder” y de “saber”, caracteristicas de todo discurso persuasivo, es la premisa de un analisis mas amplio sobre otras modalidades, como “querer”, “deber” y “creer”, sobre las sobremodelizaciones y combinaciones entre modalidades. No solo el Poder funciona en el sentido de su propio mantenimiento, sino que tiende a una organizacion mas estable, no solo de macro-estructuras de las instituciones sino de reglas de aplicacion de micro-estructuras.
5. La estructura polemica del dp puede ser el resultado de una composicion heterogena de multiples niveles, de diferentes modalidades de intervencion hacia un objetivo determinado, no siempre coordinadas por un sujeto unitario sino recorrido por una serie de instancias que se pueden individualizar a posteriori. Se trataria de estudiar como las acciones (poder hacer, deber hacer, querer hacer) se conjugan en un conjunto de actividades “pasionales” que constituyen la base del funcionamiento del discurso provocatorio, conflictual, de agitacion. Un analisis mas profundo y una mas clara valorizacion de los objetos que estan en causa permitiran elaborar tecnicas de optimizacion de un programa basado en la evaluacion/ sancion/ pasion/ accion, y reflexionar sobre el modo en que cada una de estas categorias influencia, determina o regula a las otras.
Referencias bibliograficas
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